Mucha gente ha querido descubrir el
secreto de la felicidad, pero ninguno lo ha conseguido. Y es que aunque lo intenten científicos especializados en física y química, psicólogos, filósofos o sociólogos, tenemos que tener clara una cosa no existe una fórmula para ser felices.
Sin embargo lo que sí existe es
la actitud de cada persona, el carácter
positivo y
las ganas de ser felices. Está muy de moda hablar de conceptos extranjeros como el
hygge danés, el
fika sueco o el
ikigai japonés, y decir que no tienen traducción ya que son maneras de vivir específicas de esos países.
En realidad la felicidad es un concepto mundialmente definido y que todos compartimos pero que se experimenta de manera totalmente subjetiva y es por eso que no puede explicarse.
El
secreto de la felicidad no existe, pero la felicidad está en uno mismo, hay que
buscar dentro de sí mismo. Lo que hace feliz a unos no sirve para todos. Es por eso que la felicidad es algo que
se aprende y se practica, no se obtiene ni se intercambia.
Esos conceptos extranjeros ya sean nórdicos o asiáticos lo que hacen es plantear
preguntas y respuestas.
Cada persona tiene que descubrir el camino hacia su felicidad personal.
El
hygge es un concepto de Dinamarca, el que dicen es el país más feliz del mundo. Básicamente lo que nos dicen nuestros amigos daneses es que hay que encontrar los momentos que sabemos nos aportan felicidad. Buscarlos, propiciarlos, compartirlos y expresarlos.
Hygge es por lo tanto una sensación de
comodidad hogareña.
En cambio el
fika de los vecinos suecos es un fenómeno social muy concreto enmarcado en el horario laboral. Es decir son aquellos momentos de la jornada de trabajo en los que se hace una pausa, se comparte un
café o un té y se entabla una conversación con los compañeros de trabajo. Los suecos dicen que durante ese tiempo el trabajador llega a una
sensación de bienestar gracias al deber cumplido y el compañerismo.
Fika es un descanso durante el trabajo.
Por otro lado el
ikigai japonés está basado en unas simples preguntas para descubrir con qué actividades nos sentimos mejor y más cómodos y qué nos gustaba cuando éramos pequeños. Una vez identificado el siguiente paso es
desarrollar esas actividades. Si algo nos hace feliz y se nos da bien hay que incluirlo en nuestra rutina.
Pero en realidad todo esto también se aplica en otras sociedades. El modo de
vida mediterráneo está dotado de un humor especial, se beneficia de la luz del sol, y se basa en una facilidad para las relaciones sociales. Todo esto no significa que seamos más felices, pero verdad que ayuda?
Con un poco de perspectiva podemos ver que entre estas “filosofías” están resumiendo aspectos fundamentales de una vida. El
hogar, el
trabajo, los
amigos y el
ocio. Si conseguimos que esos aspectos nos hagan felices quiere decir que estamos muy
cerca de la felicidad. Por supuesto la felicidad siempre está al alcance de la mano de la gente que tiene
una vida sana.